Es un lento proceso en el que mis manos se acostumbran a no rozar tu piel, a sentirte cerca con distancia. Es la nostalgia de mis ojos frente a esa mirada tan azul, ese cielo que imagino, ese beso que me despierte. Tan difícil es a veces contenerse pensando en no pisar el palito y seguir en pleno vuelo, en tus brazos.
Ganas de decirte tanto a la vez tan poco, ver como muero cerca de tu boca y como mi pecho cree explotar, quiero que sientas como siento, decirte flores, llamarte amor, extrañarte y extrañarme. Entender que desde el día de tu vuelo, va a comenzar la cuenta regresiva de un abrazo interminable, una historia sin fin, sin páginas, solo para obligarme a soñar. Tenerte cerca sin tocarte y sentir que los kilómetros solo son jazmines. Es de otra vida quererte como te quiero.
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