Ir quebrantando aquello que forma parte de tu vida, o aquello que lo formó, como ciertas restricciones que uno se esmeraba por cumplir, por respetar, quizás para sentirse parte, de algo, que el corazón, el alma y mi propio ser sabían que nunca iba a suceder.
Cuesta da un giro y cambiar el aire, nadie dijo que era fácil pero forma parte de un proceso, que sin buscarlo… o bueno un poco lo busqué, pero el camino se fue apareciendo solo y solo tuve que caminar, seguir y ser yo.
Hoy en día me despierto feliz, sabiendo que voy siendo quien quiero ser, siendo yo, sin aparentar, sin mentir, simplemente siendo Ailén, con lo bueno y lo malo que eso implica. ¿Pero que importa? Al fin y al cabo quiero aprender.
El punto es que a veces es difícil la toma de decisiones, pero cuando estas toman su propio curso dejamos de temer, y nos damos cuenta que lo que elegimos y soñamos se muestra a nuestros pies, si es absurdo cambiar el mundo no me interesa, esa es mi elección, quizás no sepa la forma, no encuentre el método y mi inmadurez no proponga estrategias… pero sigo en el camino, solo se trata de crecer.
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